Preciso de verte, de poder estar contigo. Quisiera poder invitarte a cenar. Pasar a tu casa por ti o que tú me esperaras a la salida del trabajo. Siempre me voy solo. Hay una explanada cuando avanzo, la atravieso sin tocarla, entonces pienso en la Ciudad, y se me rompe el vidrio de los ojos. Pero me aguanto, querida. Mi sinfonía diurna se queda conmigo. Preciso que me lleguen tus letras, tus cosquillas…
lunes, 18 de febrero de 2008
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