Uno aprovecha estos espacios para escribir querida, las horas parecen longevas pero no lo son. Espero que pases, que atravieses el estrecho portal que nos divide y encuentra. Frontera lenta donde quisiera detener tu avance agilísimo, distendido. Aparecen otras sin ser tú todavía, esta inquietud de mirar en los rostros ninguno como el tuyo. Debe ser el día, querida, debe ser que me desperté sin dificultad, el día que atesora un cielo nublado, un cielo de música Iver, que nos refrescó en la infancia pueblerina, que todavía dejamos que nos seduzca; pero te decía que es esta mañana la que me provoca estas ganas de verte, y entonces, como no apareces, te apareces en mi memoria, escasa de señas tuyas, pero tan verídica por los mínimos momentos que estuviste conmigo. eres el aire, el entorno, el silencio grandísimo de las que están pasando sin que tú seas, pero en todas ellas, en su manera de caminar, de moverse, te busco, te encuentro. 10:55 hrs.
miércoles, 28 de mayo de 2008
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